Contarlo en casa

21 abril Jesús 1 comentarios

No hemos podido mantenerlo en secreto. Llevamos un año disimulando, así que hemos tenido que contarlo a las 8 de la mañana.

Los padres de Sandra están de viaje en Murcia y no vuelven hasta el martes. Tras una breve reflexión nos dimos cuenta de que no había duda: tiene que ser por teléfono. No sé si es posible aguantar tres días esta noticia, pero estamos deseando contarlo... lo necesitamos. Así que los hemos llamado antes de que saliesen del hotel. La verdad es que no parecían muy emocionados, pero sabemos que eso es debido a que los hemos despertado.

Inmediatamente después llamamos a mis padres y les dijimos que hoy iríamos a comer con ellos.

A media mañana se lo comentamos a los hermanos de Sandra. También por teléfono, pues también estaban fuera de la ciudad. Lo más interesante, la conversación con nuestra cuñada, que es ginecóloga y ya empezó a darnos algunas 'pistas'. (Me parece que su presencia va a ayudarnos mucho en los próximos meses)

A eso de las 14h llegamos a casa de mis padres, y antes de comer, cuando conseguimos reunir en la misma habitación a mis padres y a mi hermano les dijimos que les habíamos comprado un 'detalle' que nos pareció ideal para ellos. Cuando abrieron el regalo vieron algo parecido a esto:Se quedaron perplejos. Al principio yo creí que no sabían que decir o que simplemente no les alegraba la noticia. ¡Que va! Simplemente no se habían enterado de la noticia. De repente mi madre dijo:

-"¿Que es esto?"

A lo que mi padre, en un intento de resolver las dudas de mi madre y haciéndose el 'seguro' dijo:

-"Ah, pues... esto es... de cero a tres metros..."

Al final se acercó mi hermano y sentenció: "Son chupetes" y ahí estalló la alegría. Besos y abrazos... a Sandra?. Bueno, ya me puedo empezar a acostumbrar. Me temo que es ley de vida que yo ahora pierda bastante protagonismo a favor de ella y, sobre todo de su barriga.

Después de comer, mis padres llamaron a sus consuegros y entonces si que precian más emocionados.

Hoy ha sido un día emocionante. Todavía no me lo creo de todo. El test está en la mesa del recibidor y a veces me levanto y voy a mirarlo para apaciguar mis dudas. Entonces lo veo y pienso: "pues claro que es positivo", y me vuelvo a quedar tranquilo un rato.